TRATAMIENTO DE ENFERMEDADES MEDIANTE CÉLULAS MADRE
Sara Fernández Ruiz, Elena Sánchez Ballesteros Jiménez, María Fuentes Baeza, Pablo del Olmo Solera
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Índice
1. Resumen
Abstract
Conceptos clave
Introducción
Justificación
Objetivos
Marco teórico
Desarrollo
- Polineuropatía Desmielinizante Inflamatoria Crónica refractaria
- Síndromes Mielodisplásicos
- Parkinson
- Población pediátrica con síndrome de Parry-Romberg
- Superficie ocular externa
- Miocardiopatía chagásica
- Enfermedades neuropsiquiátricas
- Linfoma de Hodgkin
- Osteoartritis de rodilla
- Enfermedad coronaria crónica
- Seudoartrosis
- Enfermedades renales y cardiovasculares
- Periodontitis crónica
- Enfermedad granulomatosa crónica
- Endodoncia regenerativa
- Isquemia crítica
Resultados y conclusiones
Bibliografía
- Resumen
El uso de células madre ha demostrado ser una opción beneficiosa para tratar diversas enfermedades crónicas y degenerativas al promover la regeneración de tejidos y estimular la formación de nuevos vasos sanguíneos y regular la respuesta inflamatoria para favorecer la restauración funcional de los tejidos dañados en enfermedades cardiovasculares, renales, periodontales, inmunológicas y dentales, además de la Isquemia crítica de las extremidades inferiores.
Se han observado mejoras significativas en pacientes sometidos a terapia celular en estudios clínicos como la regeneración ósea en la periodontitis crónica y la restauración del sistema inmunitario en la enfermedad granulomatosa crónica. Además de esto se ha visto una revitalización de los tejidos dentales en la endodoncia regenerativa y una mejora en la circulación en casos de isquemia crítica. A pesar de estos avances prometedores existen desafíos éticos y biológicos por superar tales como identificar las células más adecuadas y controlar su diferenciación para prevenir el riesgo de recaída o formación de tumores.
En resumen, se puede observar cómo la terapia con células madre constituye un avance revolucionario en el campo de la medicina regenerativa, abriendo nuevas puertas para el tratamiento de enfermedades graves y la mejora de la calidad de vida de los pacientes. Aunque hacen falta más investigaciones para perfeccionar su implementación, los resultados actuales representan su potencial terapéutico en diversos ámbitos médicos.
- Abstract
The use of stem cells has been shown to be a beneficial option to treat various chronic and degenerative diseases by promoting tissue regeneration and stimulating the formation of new blood vessels and regulating the inflammatory response to promote functional restoration of damaged tissues in cardiovascular, renal, periodontal, immunological and dental diseases, as well as critical lower limb ischaemia.
Significant improvements have been observed in patients undergoing cell therapy in clinical studies such as bone regeneration in chronic periodontitis and restoration of the immune system in chronic granulomatous disease. In addition to this, revitalisation of dental tissues has been seen in regenerative endodontics and improved circulation in cases of critical ischaemia. Despite these promising advances, there are ethical and biological challenges to overcome such as identifying the most suitable cells and controlling their differentiation to prevent the risk of relapse or tumour formation.
In summary, it can be seen how stem cell therapy constitutes a revolutionary breakthrough in the field of regenerative medicine, opening new doors for the treatment of serious diseases and the improvement of patients' quality of life. Although further research is needed to perfect its implementation, the current results represent its therapeutic potential in various medical fields.
Conceptos clave
Medicina regenerativa;estimulación de formación de nuevos vasos sanguíneos;restauración de tejidos;enfermedades cardiovasculares,renales,periodontales,inmunológicas,dentales; Isquemia crítica;regeneración ósea;restauración del sistema inmunitario;revitalización;control de diferenciación celular.
Key Words
Regenerative medicine; stimulation of new blood vessel formation; tissue
restoration; cardiovascular, renal, periodontal, immunological, dental
diseases; critical ischaemia; bone regeneration; immune system restoration; revitalisation; control of cell differentiation.
Introducción
Desde hace unos años, la medicina regenerativa ha sido una de las áreas de la ciencia con más innovaciones, dando nuevas técnicas para el tratamiento de enfermedades que hasta hace no mucho se llegaban a considerar incurables.En este ámbito, el uso de estas células se ha convertido en un campo muy importante gracias a su capacidad de regenerar tejidos y restaurar funciones orgánicas. Debido a su potencial de diferenciación en diversos tipos celulares, se han abierto grandes puertas a innovadoras terapias que buscan mejorar el tratamiento de enfermedades de diversos tipos, como por ejemplo cardiovasculares o autoinmunes.
Este tratamiento con células madre ya se ha empezado a aplicar en diferentes patologías con resultados impactantes. Enfermedades como la esclerosis múltiple o el linfoma de Hodgkin se han sometido a estudios en los cuales se ha investigado el potencial de dichas terapias regenerativas.
Por otro lado, el uso de células madre sigue enfrentando desafíos tanto económicos, éticos y científicos. La seguridad y eficacia de dichos tratamientos es uno de los principales obstáculos, esto ocurre debido a que en algunos de los casos hay riesgo de rechazo inmunológico o creación de tumores.
Durante este trabajo se analizarán los impactos de estas células en diversos tratamientos de diversas enfermedades, teniendo en cuenta los principales avances en la ciencia y los grandes retos aún por lograr. Se tratará el papel de la medicina regenerativa y se analizará cómo se desarrollan las nuevas estrategias biotecnológicas.
Justificación
El tratamiento de enfermedades usando células madre resulta un campo completamente innovador y altamente prometedor en el campo de la medicina regenerativa. Sin embargo, siguen quedando muchos frentes abiertos y preguntas por resolver en este ámbito, a pesar de todos los avances que ya se han dado.
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta este ámbito es la eficacia y seguridad de estos pioneros tratamientos, basados en células madre. A menudo se plantean preguntas como a qué enfermedades afectará con mayor eficacia, los riesgos de su aplicación, y los efectos secundarios a los que se exponen los organismos sobre los que se realiza, planteando la posibilidad del desarrollo de tumores u otros problemas inmunológicos.
Existen además otras preguntas éticas y legales en lo que a su aplicación respecta. Los científicos se preguntan hasta qué punto es aceptable el hecho de que se manipulen células madre embrionarias, o cuáles son las regulaciones y medidas que deben ser puestas en marcha para garantizar un uso responsable y sensato de esta terapia tan novedosa.
Además, en cuanto a lo económico, se plantean cuestiones como cómo podemos reducir sus costos, haciéndola así viable y accesible para una mayor parte de la población, o estrategias que pueden ser puestas en marcha para implementar la inversión en este interesante campo, sobre el desarrollo de nuevas terapias celulares.
Por último, este proyecto es necesario para la posibilidad de desarrollo de nuevos tratamientos que resulten efectivos en enfermedades que hoy en día se califican de incurables, como el Alzheimer, el Parkinson, la diabetes tipo 1 o las lesiones de médula. Si comprendemos profundamente las aplicaciones y las limitaciones que nos ofrecen las células madre, podremos aprovechar así su potencial de terapia y contribuir así de forma amplia al avance de la medicina contemporánea.
Objetivos
A lo largo de este trabajo hemos tenido el objetivo de analizar la viabilidad y el impacto del uso de las células madre durante los tratamientos de diferentes enfermedades, analizando así su gran potencial dentro de la medicina regenerativa y los grandes desafíos que enfrenta su aplicación clínica.
Para poder hacer esto vamos a tratar de identificar y comparar el potencial terapéutico de los diversos tipos de estas células, englobando células embrionarias, adultas y pluripotentes inducidas. A parte, se han examinado su importancia en el tratamiento de enfermedades de diversos tipos cardiovasculares, neurodegenerativas, hematológicas o autoinmunes, analizando su eficacia en relación con los tratamientos antiguos.
Otra de las cosas que se tratará en este proyecto es el análisis de los riesgos y limitaciones asociados a terapias en relación con las enfermedades citadas. Se tendrán en cuenta tanto los desafíos éticos y legales, como la accesibilidad y coste de los tratamientos.
En último lugar, se investigarán los avances científicos más actuales y sus posibles impactos en el futuro de la biomedicina, para poder entender cómo la terapia con células madre puede cambiar el tratamiento de enfermedades y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Marco teórico
El uso de células madre para tratar enfermedades es una de las fronteras más avanzadas y prometedoras de la medicina regenerativa. Este enfoque se fundamenta en la singular capacidad de estas células para transformarse en diferentes tipos celulares, lo que les confiere un notable potencial terapéutico. Las células madre son células no especializadas que pueden autorrenovarse y diferenciarse en varios tipos de células especializadas en el cuerpo humano, lo que las convierte en una herramienta esencial para la medicina futura. Existen diferentes tipos de células madre, como las células madre embrionarias, las células madre adultas y las células madre pluripotentes inducidas (iPSCs), cada una con características que determinan su potencial terapéutico. Las células madre embrionarias son pluripotentes, lo que quiere decir que pueden diferenciarse en prácticamente todos los tipos de células del cuerpo, convirtiéndolas en un recurso muy valioso para la regeneración de tejidos y órganos. Sin embargo, la obtención de estas células plantea dilemas éticos debido a su relación con el uso de embriones humanos. Por otra parte, las células madre adultas, presentes en varios tejidos del organismo, son multipotentes, lo que restringe su habilidad para diferenciarse únicamente en tipos celulares específicos de su entorno, aunque su aplicación es menos polémica desde una perspectiva ética. Asimismo, las células madre pluripotentes inducidas (iPSCs) han surgido como una alternativa prometedora, ya que se originan de células somáticas reprogramadas, lo que les permite convertirse en casi cualquier tipo celular sin la controversia ética asociada al uso de células madre embrionarias.
El principal mecanismo que hace posible la utilización de células madre en el tratamiento de enfermedades es su capacidad para regenerar o reparar tejidos dañados o enfermos. Estas células pueden especializarse en células del órgano o tejido afectado, reemplazando las que han sido destruidas o han perdido su función, y restaurando así la funcionalidad del órgano.
Esta habilidad de regeneración resulta especialmente beneficiosa en el manejo de enfermedades degenerativas o crónicas, como las condiciones neurológicas (tal es el caso del Alzheimer, Parkinson y esclerosis múltiple), donde las células madre poseen el potencial de reparar el daño en el sistema nervioso central, fomentando la neurogénesis y recuperando funciones cognitivas y motoras que se han perdido. Por otro lado, en el ámbito de las enfermedades cardiovasculares, como la insuficiencia cardíaca o el infarto de miocardio, las células madre pueden facilitar la regeneración del tejido cardíaco lesionado, disminuyendo así el riesgo de fallos cardíacos a largo plazo. Asimismo, las células madre hematopoyéticas, responsables de generar todas las células sanguíneas, se emplean en el tratamiento de trastornos hematológicos como leucemias y linfomas; en estos casos, el trasplante de células madre hematopoyéticas puede restablecer la producción de células sanguíneas normales. Un área adicional con grandes perspectivas es el tratamiento de lesiones medulares, donde las células madre pueden colaborar en la regeneración de la médula espinal afectada y ayudar en la recuperación de funciones motoras en pacientes que padecen parálisis. Además de su capacidad de regeneración directa, las células madre desempeñan un papel fundamental en la modificación del microambiente celular. Esto implica que no solo reemplazan las células que se han perdido, sino que también secretan factores bioactivos capaces de estimular la regeneración del tejido circundante, disminuir la inflamación y favorecer la cicatrización de heridas. Esta función es especialmente relevante en el tratamiento de enfermedades inflamatorias o autoinmunes, donde las células madre pueden ayudar a reequilibrar el sistema inmunológico y mitigar el daño a los tejidos. Asimismo, se ha explorado el uso de células madre para terapias génicas, modificándolas genéticamente para corregir defectos hereditarios o para potenciar sus propiedades terapéuticas, lo que abre nuevas oportunidades para tratar enfermedades genéticas y raras.
Sin embargo, a pesar de su gran potencial, el uso de células madre en tratamientos clínicos enfrenta varios desafíos y dificultades. Uno de los principales problemas es el riesgo de formación de teratomas, que son tumores generados por células madre no diferenciadas que pueden proliferar de manera descontrolada. Además, existe la posibilidad de rechazo inmunológico si las células madre son de un donante que no coincide con el receptor, lo que puede complicar el proceso de tratamiento.
Desde un punto de vista técnico, es fundamental seguir perfeccionando las técnicas de cultivo y diferenciación de células madre para asegurar la obtención de células que sean funcionales y específicas para tratar diversos tipos de enfermedades. Además, los procesos de obtención, cultivo y aplicación de células madre son costosos y requieren una infraestructura y tecnología avanzadas, lo que restringe su accesibilidad y disponibilidad en varios países.
El debate ético en torno al uso de células madre, especialmente las embrionarias, continúa siendo un tema polémico, ya que plantea cuestiones relacionadas con la creación y destrucción de embriones humanos. Por otro lado, el uso de células madre adultas y las células madre pluripotentes inducidas (iPSCs) ha surgido como una alternativa que aborda muchas de estas inquietudes éticas, aunque persisten dudas sobre su seguridad y efectividad a largo plazo. A pesar de estos obstáculos, los avances en la investigación y la biotecnología continúan progresando, y se están generando nuevas estrategias para enfrentar estos problemas. Un ejemplo de esto es el uso de células madre autólogas, es decir, aquellas que se obtienen del propio paciente, lo que podría disminuir el riesgo de rechazo inmunológico y aumentar la seguridad del tratamiento.
Desarrollo
-Polineuropatía Desmielinizante Inflamatoria Crónica refractaria
Acerca de esta enfermedad, se realizó un estudio para comprobar la eficacia de los tratamientos con células madre mediante la aplicación del factor estimulador de colonias granulocíticas (F-ECG) en pacientes con Polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica refractaria que ya han recibido otras formas de tratamiento.
La polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica (Con siglas en inglés CIDP) es un trastorno autoinmune, desmielinizante e inflamatorio de los nervios del sistema nervioso periférico. Presenta un inicio incierto y una evolución lenta y gradual; con un espectro clínico amplio. Se caracteriza por la pérdida sensorimotora simétrica crónica, hallazgos neurofisiológicos de desmielinización, disociación albuminocitológica del líquido cefaloraquídeo (LCR) y la pérdida de la capacidad de respuesta al tratamiento inmunosupresor e inmunomodulador. Puede darse a cualquier edad, aunque el rango de edad en el que se da con más frecuencia es entre los 30 y 60 años. Prevalece en 1-1,9 de cada 100 mil habitantes por año y presenta una incidencia de 0,15 por cada 100 mil habitantes, con una mortalidad de 3 %; deja secuelas en 60 % de los casos. La CIDP es una enfermedad idiopática, pero puede estar asociada a variadas patologías sistémicas. Teniendo en cuenta que las células madre son consideradas multipotenciales, es decir, capaces de generar células maduras de tejidos derivados de capas embrionarias diferentes como las células madre hematopoyéticas (CMH), que cumplen con el fenómeno de versatilidad o capacidad de transdiferenciación, por lo que permiten reemplazar las células dañadas por células funcionales para la restitución de la función normal de los tejidos y órganos; la movilización de las células a través de aplicar el factor estimulador de colonias granulocíticas (F-ECG)-(Leukocim o Hebervital) y la compresión de las extremidades, para lograr su extravasación intravenosa hacia el espacio intersticial, lo cual podría contribuir a la regeneración de los nervios afectados pertenecientes al sistema nervioso periférico. La terapia con células madre adultas podría ser un tratamiento innovador efectivo en pacientes con polineuropatías de etiología autoinmune.
Los resultados del estudio fueron los siguientes: Las características demográficas fueron bastante parecidas en ambos grupos, en un grupo con una media de edad de 52 años y el predominio de los hombres de 64,4 %, respecto a las mujeres de 35,6 %; la duración media de la CIDP fue de 4 años; la Diabetes Mellitus fue la patología con la que más veces podía ser asociado y 68,9 % presentó una neuropatía severa, que fue lo más característico del estudio. El uso de esteroides se dio en todos los pacientes; así como de inmunoglobulina intravenosa en la mitad de ellos anteuna respuesta poco favorable a los esteroides. La aziatropina fue el inmunosupresor más utilizzado en aquellos casos de evolución progresiva. La eficacia clínica del uso del Leukocim se pudo afirmar, ya que era efectivo ante el alivio de los signos y síntomas de la neuropatía, definiéndose mediante TCSS. Las puntuaciones disminuyeron significativamente a los 1 y 3 meses después del tratamiento en comparación con los valores basales.
- Síndromes Mielodisplásicos
Los síndromes mielodisplásicos, o también conocidos como SMD, forman un grupo de enfermedades hematológicas que se caracterizan por una disfunción en las células madre hematopoyéticas. Dichas células se encargan de producir diversas líneas celulares sanguíneas. En este tipo de síndromes la producción de estas células no es eficaz, lo cual da lugar a diferentes citopenia, a parte de una gran tendencia a evolucionar hacia leucemia mieloide aguda.
Las características de los pacientes con SMD, tienen un transcurso progresivo y crónico, teniendo más impacto y mayor número de pacientes en adultos mayores. En cambio, en los estudios que se han realizado, se puede ver una incidencia significativa en los pacientes menores de 40 años, es muy probable que esté relacionado con la mejora del diagnóstico y la atención médica. Los tipos más comunes de SMD son el síndrome mielodisplásico hipoplásico, el cual afecta a un gran número de pacientes femeninos.
El diagnóstico de este síndrome normalmente incluye estudios citogenéticos y un análisis morfológico de la médula ósea, gracias a esto se puede determinar el grado de displasia y la capacidad funcional de las células progenitoras. Este síndrome se manifiesta con síntomas como la anemia, infecciones recurrentes por la neutropenia y hemorragias formadas por trombocitopenia.
- Trasplante de células madre hematopoyéticas como tratamiento:
Hay muchos factores que condicionan el tratamiento del SMD, como por ejemplo la edad del paciente, el subtipo de síndrome o la severidad de las citopenias. En los pacientes que tienen menos de 60 años, los trasplantes de dichas células se ha llegado a considerar el mejor dado a su gran capacidad para mejorar la disfunción hematopoyética, y en la mayoría de los casos también ha logrado acabar con el avance de leucemia mieloide aguda.
Estas células utilizadas en estos tratamientos se pueden obtener de diferentes fuentes; las tres principales son médula ósea, sangre periférica y el cordón umbilical. Este trasplante puede ser alogénico o autólogo. - Resultados clínicos y complicaciones:
Entre 1988 y 2005 se han llegado a analizar 22 casos en Venezuela, de pacientes con SMD tratados con dichas células. Los resultados que se pudieron observar fueron que el 11 de los pacientes consiguieron acabar completamente con la enfermedad, y sobrevivieron un total de 6 años. Pero estos resultados los podemos comparar con otros centros internacionales.
Las complicaciones más frecuentes son infecciones bacterianas, micóticas y virales, incluyendo también toxicidad renal y enfermedad de injerto contra EICH. Este estudio comunicó que más de la mitad de los pacientes presentaron infecciones, mientras que 4 de cada 10 desarrollaron EICH.
Antes de estos trasplantes, hay que preparar al paciente con tratamientos como quimioterapia e inmunosupresión, estos son vitales para la mejora del tratamiento, aunque también aumenta el riesgo de futuras complicaciones.
Este trasplante representa muestra una herramienta fundamental en el ámbito del SMD, principalmente en pacientes de corta edad. Lógicamente, este trasplante presenta algunos riesgos pero los avances son inmensos y ayudan a estos pacientes con su enfermedad.
- Parkinson
En los últimos 30 años, la terapia celular es considerada una opción bastante prometedora en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, como por ejemplo la enfermedad de Parkinson (EP). Esta terapia consiste en trasplantar células madre, que presentan la capacidad de proliferar y diferenciación en distintos tipos celulares, como células madre embrionarias, mesenquimatosas, pluripotentes inducidas y progenitoras neurales. Lo que se pretende es que, al reemplazar las neuronas perdidas en enfermedades como la EP, se restauren las redes neuronales y se ofrezca soporte neurotrófico. Sin embargo, a pesar de todos los avances, los resultados de los estudios clínicos no han sido grandiosos. Hay algunos factores que dificultan su éxito, incluyendo la selección del tipo adecuado de célula madre, la forma en que es administrada y la etapa de la enfermedad en la que el tratamiento es aplicado.
La EP es una enfermedad que se caracteriza por la pérdida de neuronas dopaminérgicas en el cerebro, lo que conlleva síntomas en el aparato motor como temblores, rigidez y bradicinesia. Aunque los tratamientos farmacológicos son de gran ayuda a la hora de restaurar los niveles de dopamina, los pacientes a largo plazo desarrollan más complicaciones motoras para las que los fármacos no son igual de efectivos, como discinesias, lo que resalta la necesidad de buscar terapias más efectivas. Los primeros ensayos con injertos de tejido mesencefálico fetal, realizados en los años 80, mostraron resultados prometedores, pero los ensayos controlados realizados en los años 90 no llegaron a las expectativas que se esperaban. Los fracasos se atribuyen a factores como la mala selección de pacientes, la preparación e implantación del tejido y los efectos secundarios, como las discinesias inducidas por el injerto, que podrían haber sido causadas por la creación de puntos calientes dopaminérgicos o por la contaminación del tejido con neuronas serotoninérgicas.
A pesar de estos resultados, las células madre continúan siendo objeto de estudio en la actualidad. Las neuronas dopaminérgicas obtenidas de células madre embrionarias (CME) y pluripotentes inducidas (CMPi) van mostrando resultados positivos en modelos animales, como la sobrevivencia en el cerebro del huésped y algunos beneficios funcionales. Sin embargo, estos enfoques aún enfrentan riesgos, como la posibilidad de rechazo celular y la formación de tumores. Además, en algunos países, se reparten tratamientos que no presentan aprobación científica, como el uso de células madre autólogas derivadas de la cresta iliaca. Estos tratamientos no tienen respaldo científico y podrían implicar riesgos de salud para los pacientes, ya que no se puede garantizar que las células lleguen a las áreas cerebrales necesarias ni que efectivamente mejoren los síntomas de la EP, ya que la ciencia no aprueba estos tratamientos.
A pesar de las expectativas, las razones por las que la terapia celular aún no representa una cura definitiva para la EP son varias. Para empezar, los ensayos clínicos controlados no han demostrado apenas mejoras significativas en los síntomas motores que conllevan esta enfermedad. En segundo lugar, las terapias celulares han tenido como principal objetivo restaurar el sistema dopaminérgico, sin tocar otras áreas afectadas por la enfermedad, como los sistemas serotoninérgico y colinérgico. Además, la aparición de efectos secundarios graves, como las discinesias y el riesgo de formación de tumores, sigue siendo una preocupación. Por último, la enfermedad continúa progresando y afecta incluso el tejido trasplantado, como se ha demostrado en algunos estudios.
Por lo tanto, antes de considerar las terapias celulares como una opción viable para tratar la EP en humanos, es necesario realizar más investigaciones, ensayos clínicos controlados y con una evaluación rigurosa, que cuenten con la aprobación de comités éticos y agencias regulatorias. Solo así se podrá asegurar que este tipo de tratamiento sea seguro y eficaz para los pacientes. Además, los resultados deben ser compartidos con la comunidad médica para garantizar la transparencia y el avance científico en el área.
- Población pediátrica con síndrome de Parry-Romberg
A lo largo de décadas, la terapia quirúrgica de la Parry-Romberg ha incorporado injertos grasos como fase inicial del plan de reconstrucción, aunque los resultados son previsibles. Este síndrome es una enfermedad poco común, progresiva y autocontrolada que provoca hemiatrofia facial. Principalmente afecta a la piel, tejido subcutáneo, grasa y músculo; en menor grado a la hueso y al cartílago. En base a los avances en biología molecular, desarrollamos una nueva técnica basada en lipoinfiltración enriquecida con células madre derivadas del tejido adiposo, obtenidas de forma autóloga a partir del mismo paciente a través del uso de sistemas de procesamiento celular como Celution®.Con Celution se sacrifican 300 cc de grasa para obtener 5 ml de un líquido en cuyo interior hay entre un 1-5% de células madre. Esto es mezclado con el tejido adiposo para enriquecerlo.Varias publicaciones afirman que este procedimiento de aplicación celular extracelular ha mejorado la viabilidad y la permanencia del injerto, conseguido optimizar la recuperación del volumen y simetría facial, y, simultáneamente, ha promovido la potencial regeneración de tejidos. A su vez, al ser menos invasivo que los colgajos microquirúrgicos, logra disminuir la morbilidad de la zona donante, permitiendo una recuperación más rápida y con menos riesgos. En este procedimiento, la aplicación de células madre ha demostrado, a través del tiempo, una mayor estabilidad del injerto graso, mejorando no solo la forma facial, sino a su vez la calidad de la piel en cuanto a textura, cambios pigmentarios, etc. Una de las opciones más prometedoras para tratar el Síndrome de Parry-Romberg es la lipoinfiltración con células madre ya que ofrece diversos beneficios tanto funcionales como estéticos. Además, demuestra como mejora la calidad de vida e integración social de los pacientes.
- Superficie ocular externa
La técnica de trasplante de células madre representa un gran avance en el tratamiento de aquellas enfermedades que afectan la superficie de la ocular externa, desde la que se han alcanzado resultados muy acertados, y es una técnica que ha alcanzado su validez para recuperar la función visual y aumentar en paralelo la calidad de vida de los pacientes que han sido elegidos. Su efectividad se describe en la insuficiencia limbar, consecuencia de la pérdida/mala función de las células madre limbocorneales tras sufrir las quemaduras químicas, traumas, cirugías, enfermedades inflamatorias e infecciosas. La cual acaba irremediablemente en una opacidad corneal notoria, conjunctivalización y por tanto no sólo en la pérdida parcial de la visión, sino desgraciadamente, en su pérdida total, que sin duda, será una calidad de vida muy determinada.
Históricamente, el tratamiento por trasplante de córnea y la membrana amniótica siempre han sido el tratamiento más mencionado, y decir que el trasplante de córnea pocas veces permite, darle la opción de recuperar las funciones del epitelio corneal, y es que ante la imposibilidad que tiene este recurso que da solución de incluir estructuras de soporte como el injerto de membrana amniótica.
Las técnicas de trasplante de limbo y la expansión ex vivo de las células madre han dado pie para concebir nuevas oportunidades de recuperación del epitelio corneal mediante el trasplante de células madre, estas pueden ser autólogas, alogénicas, pero la unión de células madre y membranas amnióticas también sirve, para permitir la adhesión y diferenciación celular y los resultados han sido muy prometedores, tanto en la resolución de la recuperación de los tejidos oculares dañados como en la cirugía definitiva.
El trasplante de las células madre limbocorneales puede considerarse como un autoinjerto o como un aloinjerto de conjuntivo-limbar o queratolimbar, según el tipo y la extensión del daño ocular. El autoinjerto es generalmente la técnica preferente para los casos unilaterales, ya que elimina el riesgo de rechazo inmunológico. Para los pacientes con afectación bilateral, el aloinjerto de donante vivo o de cadáveres compatible puede considerarse como una opción, aunque suele requerir tratamientos con inmunosupresores durante períodos largos, y también se ha avanzado en la expansión ex vivo de células madre, la cual permite tratar la insuficiencia limbar unilateral con menor tejido donado y mejor tasa de éxito a largo plazo.
Esta actividad multidisciplinar en medicina regenerativa no solo ha sido útil para validar el uso de esta opción terapéutica, sino que también ha valido para unir la medicina y la ciencia de la innovación en campos de la oftalmología. La actual dilación de los estudios del traslado de la combinación de las técnicas de ingeniería tisular y la inmunomodulación y biotecnología marcará un camino hacia la mejora de los resultados clínicos.
El uso del trasplante de células madre ha cambiado el tratamiento de la enfermedad ocular antes incurable estableciendo un ejemplo no sólo capaz de recuperar la visión, sino también la funcionalidad y calidad de vida de los pacientes.
- Miocardiopatía chagásica
La miocardiopatía chagásica es un tipo de miocarditis (inflamación del músculo cardíaco) que está causada por una infección por un parásito conocido como Trypanosoma. Se hizo un estudio clínico que se basa en la exploración de cómo funciona la implantación de células madre mononucleares que provienen de la médula ósea, este método innovador se utiliza como una opción terapéutica para tratar la miocardiopatía dilatada, que es causada por una enfermedad de Chagas. Dicha condición, se considera una de las enfermedades endémicas más graves de América Latina, esto es una complicación crónica causada por una infección por Trypanosoma cruzi; este es un parásito principalmente transmitido por insectos vectores. Esta enfermedad no solo afecta al corazón, sino que también a otros órganos, pero la afección del corazón es la que da lugar a más fallecidos, se caracteriza por ser una insuficiencia cardíaca progresiva, junto con arritmias y alteraciones en la conducción eléctrica del corazón.
La miocardiopatía chagásica se diferencia por una inflamación crónica, fibrosis difusa y pérdida de cardiomiocitos, lo que da lugar a una disfunción ventricular severa. En muchas ocasiones, los pacientes dan lugar a una etapa avanzada en la cual los tratamientos convencionales no son suficientes y las opciones son más agresivas, como por ejemplo el trasplante cardíaco, no son accesibles económicamente para muchos de estos pacientes. Ante este problema, el estudio con células madre propone una búsqueda de alternativas mucho menos invasivas y más económicas.
Las células madre que se utilizan se obtienen por aspiración de médula ósea de los pacientes, estas son procesadas y a continuación se concentran para lograr una alta viabilidad celular.
Estas células se inyectan en el tejido cardíaco afectado a través de dos caminos; intracoronaria en cuatro pacientes y trasepicárdica en el quinto paciente de la cirugía. Estas células tienen un alto potencial regenerativo. Han podido observar que estas células pueden contribuir con la reparación tisular mediante varios mecanismos.
En este proyecto de investigación, se les siguió la pista a los pacientes durante 17 meses, los resultados fueron increíbles. Cuatro de los cinco pacientes afortunadamente sobrevivieron y se pudo apreciar una gran mejoría.
Desde la perspectiva biológica, el efecto más beneficioso de las células madre en esta enfermedad acaba con la capacidad para interactuar con la inflamación característica de esta miocardiopatía. La persistencia de dicho parásito en los tejidos del corazón da lugar a una gran producción de citocinas proinflamatorias, esto agrava la pérdida de cardiomiocitos y beneficia a la fibrosis. Las células madre, cuando se implantan son atraídas hasta los focos inflamatorios, allí se diferencian y se reemplazan por las células dañas. Dichas células liberan factores paracrinos que dan lugar a la regeneración tisular, mejorando así la vascularización y reduciendo el proceso inflamatorio.
La naturaleza de esta enfermedad ( enfermedad de Chagas), y la persistencia del parásito en el organismo pueden limitar el correcto funcionamiento a largo plazo de este tratamiento. También, las arritmias ventriculares y los trastornos de conducción, representan unos riesgos adicionales que ha que seguir investigando. Uno de los pacientes del estudio falleció de forma súbita, seguramente debido a una arritmia, esto resalta la necesidad de estrategias complementarias para aprender a manejas dichas complicaciones.
Aunque había estas limitaciones, esta investigación representa un avance significativo sobre la búsqueda de alternativas para enfermedades cardíacas que afecta a millones de personas.
- Enfermedades neuropsiquiátricas
Con la revolución en la investigación de células madre, se ha incrementado el conocimiento sobre la neurogénesis y se ha profundizado en su comprensión. A grandes rasgos, la neurogénesis es el proceso mediante el cual las células madre del sistema nervioso producen nuevas neuronas.Estas células desempeñan un papel crucial en la renovación neuronal y están estrechamente ligadas a los cambios observados en diversas enfermedades neuropsiquiátricas.
Se genera en el hipocampo y en el bulbo olfativo y epitelial de la nariz.
en el hipocampo, las células madre de una de las zonas, exactamente la zona subgranular del giro dentado, producen neuronas que contribuyen al aprendizaje y la memoria. Por otra parte, las células experimentan deterioros en padecimientos como la esquizofrenia y la depresión, en los cuales presentan dificultades en su reproducción y diferenciación. Asimismo, el estrés crónico y ciertos factores genéticos inciden en su capacidad regenerativa. Esto disminuye la habilidad del hipocampo para generar nuevas neuronas, lo que puede resultar en la alteración de funciones asociadas a la memoria, el aprendizaje y el control emocional.
En otras zonas, como la zona subventricular las células, los neuroplastos se desplazan hacia el bulbo olfativo, donde reemplazan interneuronas granulares y periglomerulares. Se pueden captar estos procesos en enfermedades como el Parkinson y Huntington, afectando por consiguiente la capacidad olfativa.
Células madre procedentes del epitelio olfativo (CMEO) generan neuronas sensoriales continuamente. Estas células son además consideradas como multipotenciales fuera del cerebro. Este proceso se ve afectado en enfermedades como el Alzheimer o la esquizofrenia, produciendo cambios en la proliferación, diferenciación y expansión genética de las células.
Por último, cabe destacar que con las células madre pluripotentes inducidas se ha podido moldear enfermedades neuropsiquiátricas humanas al recrear in vitro las condiciones alteradas de la neurogénesis. Éstos modelos han permitido analizar cómo los factores genéticos y ambientales influyen en la neurogénesis.
- Linfoma de Hodgkin
Se hizo un experimento en el que se examinaron diversos casos clínicos, siendo el primero el siguiente: Paciente de 32 años con diagnóstico de linfoma no Hodgkin folicular, estadio I, índice FLIPI intermedio y perfil inmunofenotípico CD20+, CD45+, BCL-2+. Inicialmente fue tratado con quimioterapia combinada CEOP (ciclofosfamida, epirrubicina, vincristina y prednisona) más rituximab, logrando una remisión completa tras seis ciclos. Sin embargo, 1 año y 8 meses después presentó una recaída con afectación del sistema nervioso central, por lo que recibió tratamiento con quimioterapia MINE (mitoxantrona, ifosfamida, etopósido), obteniendo una respuesta parcial. Posteriormente, se identificaron nuevas lesiones con hepatoesplenomegalia y adenopatías retroperitoneales.
Se optó por un segundo esquema de quimioterapia con fludarabina, ciclofosfamida, dexametasona y rituximab, alcanzando una segunda remisión completa. Debido a la agresividad del linfoma, se consideró un trasplante autólogo de células hematopoyéticas. La movilización celular inicial con G-CSF y ciclofosfamida fue infructuosa, por lo que se intentó una segunda estrategia combinando G-CSF y plerixafor. Finalmente, se obtuvo una recolección exitosa de células madre hematopoyéticas (CD34+) tras siete días de tratamiento.
En el segundo caso, paciente de 42 años con linfoma no Hodgkin folicular CD20+ y tumoraciones retroperitoneal y mesentérica. Inició tratamiento con ocho ciclos de quimioterapia CHOP (ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina, prednisona) y rituximab, pero tras el tratamiento se detectó actividad tumoral residual en la zona retroperitoneal. Ante esta persistencia, se optó por un enfoque adicional que incluyó radioterapia (36 Gy) en 16 sesiones y, posteriormente, seis ciclos de quimioterapia con DHAP (cisplatino, citarabina y dexametasona) más rituximab, pero la actividad tumoral continuó. Se administraron cuatro ciclos de MINE (mitoxantrona, ifosfamida, etopósido), los cuales causaron toxicidad medular grave. Sin embargo, se alcanzó remisión completa, confirmada por tomografía computarizada, lo que permitió al paciente ingresar en un protocolo de trasplante autólogo de células madre hematopoyéticas.
La biopsia ósea mostró una celularidad hematopoyética del 10%, y los análisis indicaron niveles normales de biometría hemática, con un conteo de neutrófilos >2000/mm³. El tratamiento de acondicionamiento para el trasplante consistió en una combinación de busulfán (1 mg/kg/día), fenitoína, etopósido (800 mg/m²/día, tres dosis) y citarabina (2 g/m²/día, cuatro dosis). Para la movilización de células madre, se administraron G-CSF (10 µg/kg/día por cinco días) y plerixafor en los días 4 y 5, logrando recolectar un total de 2.7 × 10⁶ células/kg en dos aféresis, las cuales se preservaron y luego se infundieron con una viabilidad superior al 80%.
El trasplante autólogo se realizó sin complicaciones mayores. El injerto de neutrófilos ocurrió el día 24, el de eritrocitos el día 30 y el de plaquetas el día 40. Durante el proceso post-trasplante, el paciente recibió un total de siete transfusiones de glóbulos rojos y 16 aféresis plaquetarias.
A los 90 días, se identificó un granuloma benigno en el ápice del pulmón derecho, aunque sin signos de recaída del linfoma. A 14 meses de seguimiento, el paciente continúa libre de enfermedad y en remisión completa.
El trasplante autólogo fue realizado con éxito, con injerto de neutrófilos el día 11 y de plaquetas en el día 25. Actualmente, el paciente continúa en remisión.
- Osteoartritis de rodilla
La rodilla es una de las articulaciones más complejas y grandes del cuerpo del ser humano, esta soporta el peso de todo el cuerpo y da lugar a movimientos vitales como por ejemplo correr, saltar o caminar. Como se usa constantemente esto da lugar a una mayor exposición a lesiones y enfermedades degenerativas, algunas de las más destacadas son:
- Osteoartritis; esta es una enfermedad degenerativa crónica causada por el desgastamiento del cartílago de esta articulación, dando lugar a inflamación dolor e incluso pérdida de la movilidad.
- Lesiones de ligamentos; como por ejemplo el desgarramiento del ligamento cruzado anterior o posterior.
- Daños en los meniscos; son los amortiguadores naturales de la rodilla, que tras movimientos bruscos o degeneración pueden dar lugar a su rotura.
- Tendinitis y bursitis; se conocen como inflamaciones de las blusas o tendones; las brusas son unas pequeñas bolsas llenas de líquido que reducen la fricción articular.
- Condromalacia rotuliana; se conoce como el desgaste y reblandecimiento del cartícalo situado debajo de la rótula.
Estas junto a otras condiciones se pueden tratar con fisioterapia, medicamentos, infiltraciones, o en algunos de los casos más graves con cirugía. Pero últimamente se han empezado a utilizar las células madre como tratamiento estrella.
Las células madre son un tipo de células no especializadas que se pueden autorrenovar y diferenciarse en distintos tipos de tejidos celulares. En cuanto a los problemas de rodilla, estas células se han utilizado para tratar lesiones enfermedades degenerativas. El proceso de este tratamiento incluye:
- Regeneración del cartílago; las células madre se pueden usar para formar cartílago, lo cual favorece a la reparación del tejido dañado.
- Efecto antiinflamatorio; se encargan de liberar factores bioactivos que se encargan de reducir la inflamación de dicha articulación, esto alivia el dolor y mejora la movilidad articular.
- Inhibición de la degeneración; da lugar a la homeostasis del cartílago, esto retarda el proceso degenerativo.
- Liberación de citocinas; dichas moléculas ayudan a la curación y estimulación de las células más resistentes de la articulación.
Este tratamiento normalmente involucra la extracción de células madre del paciente, esta extracción puede proceder de la médula ósea, o bien mediante una muestra sanguínea y después se centrifugan.
Este procedimiento innovador tiene muchos beneficios, algunos de los más comunes son:
- Reducción del dolor
- Mejoramiento en la función articular
- Menor dependencia asociada a los medicamentos
- Retraso de las cirugías
- Enfermedad coronaria crónica
La valoración de la concentración plasmática de las células progenitoras (CP) en pacientes con cardiopatía coronaria crónica ha constatado que el ejercicio físico programado puede servir como un estímulo para su movilización y proliferación. Estas células progenitoras de la médula ósea son potencialmente capaces de contribuir a la regeneración vascular, entre otros aspectos, promoviendo la angiogénesis, reparando el endotelio, y mejorando la función ventricular frente a eventos isquémicos.
En un estudio prospectivo, controlado, y aleatorizado, un conjunto de 18 sujetos con angina estable fue aleatorizado a un grupo que siguió un programa de ejercicio físico, o un grupo control que siguió controles habituales. Se apreciaron incrementos estadísticamente significativos en las concentraciones de CP CD34+/CD133+ entre el grupo de ejercicio comparado con el grupo control (327% frente a 163% entre el grupo de ejercicio y el grupo control) sugiriendo que la práctica de ejercicio físico puede estimular la movilización de las CP. Este efecto podría explicarse gracias a diferentes mecanismos, en especial con la participación de metaloproteinasas y factores de crecimiento endotelial vascular (VEGF) que inducen la liberación de las CP desde la médula ósea, e incrementa la vida media de las CP.
Además de incrementar la concentración de CP circulante, el ejercicio mejora la incorporación de las CP en las estructuras vasculares, y a su vez, favorece la función endotelial y estimula la formación de circulación colateral. A pesar de que no observamos diferencias en la concentración de CP entre pacientes con y sin factores de riesgo coronario (diabetes, hipertensión), la exposición tabáquica y la disfunción endotelial parece reducir de forma significativa la disponibilidad de nuestras células progenitoras.
Este estudio es capaz de evidenciar y afirmar, que, el ejercicio físico programado no sólo mejora el rendimiento cardiovascular, sino que podría servir como una herramienta terapéutica muy interesante para aumentar la concentración de CP circulantes así como optimizar los procesos de regeneración vascular en pacientes con enfermedad coronaria crónica, lo que también permite justificar su incorporación en los programas de rehabilitación para mejorar la calidad de vida y reducir la morbilidad asociada a esta enfermedad.
- Seudoartrosis
La seudoartrosis ocurre cuando una fractura ósea no logra sanar correctamente, formando una especie de "falsa articulación" en lugar de consolidarse en un hueso sólido. Esto provoca inestabilidad, dolor y pérdida de función en la zona afectada. Tradicionalmente, su tratamiento incluye cirugía, injertos óseos y el uso de placas y tornillos, pero en casos más complejos pueden ser necesarias intervenciones más avanzadas. En los últimos años, las terapias con células madre han surgido como una alternativa prometedora para estimular la regeneración ósea.
Las células madre pueden contribuir a la reparación del hueso de varias maneras. Primero, favorecen la formación de nuevo tejido óseo, ya que las células madre mesenquimatosas (CMM) pueden transformarse en osteoblastos, que son las células encargadas de generar hueso, facilitando así la regeneración en la zona fracturada. También ayudan a reducir la inflamación, gracias a sus propiedades antiinflamatorias que controlan la inflamación crónica, la cual puede dificultar la cicatrización del hueso. Además, producen factores de crecimiento, es decir, liberan proteínas y sustancias que estimulan la regeneración del tejido óseo y mejoran el flujo sanguíneo en la zona afectada. Otra función clave es la mejora de la vascularización, ya que la formación de nuevos vasos sanguíneos es fundamental para la recuperación del hueso, y las células madre pueden favorecer este proceso.
Existen diferentes tipos de células madre que se investigan y aplican en estos tratamientos. Las células madre mesenquimatosas (CMM) se obtienen de la médula ósea, la grasa o el tejido adiposo y son las más utilizadas en terapias regenerativas para la seudoartrosis. También están las células madre derivadas del tejido adiposo, que se extraen mediante liposucción y tienen la capacidad de diferenciarse en células óseas y favorecer la curación del hueso. Otra opción en estudio son las células madre pluripotentes inducidas (iPSCs), que aún están en fase experimental pero tienen el potencial de convertirse en osteoblastos y otros tipos celulares.
El tratamiento con células madre suele seguir varios pasos. Primero, se extraen las células madre del paciente a partir de la médula ósea, el tejido adiposo u otras fuentes, mediante un procedimiento poco dañino. Luego, estas células se procesan en un laboratorio para concentrarlas y, en algunos casos, activarlas o combinarlas con factores de crecimiento. Una vez listas, se implantan en el sitio de la fractura, ya sea mediante inyección directa o colocándolas junto con un injerto óseo para facilitar su integración. Finalmente, se realiza un seguimiento para evaluar la regeneración ósea con estudios de imágenes como radiografías o resonancias magnéticas.
Aunque los tratamientos con células madre para la seudoartrosis pueden ser beneficiosos, los resultados pueden variar dependiendo del paciente. Diversas investigaciones han evidenciado que pueden agilizar la cura de fracturas que no se han consolidado y potenciar la calidad del hueso formado, aunque no todos los pacientes reaccionan de la misma forma.Factores como la edad, el tipo de seudoartrosis, la localización de la fractura y el estado general de salud pueden influir en la efectividad del tratamiento. Además, aunque muestran un gran potencial, muchas de estas terapias todavía están en fases de investigación o no han sido aprobadas de manera generalizada en todos los países. En algunos lugares, estos procedimientos se ofrecen bajo protocolos clínicos específicos o como parte de ensayos clínicos controlados.
Como cualquier tratamiento médico, el uso de células madre en la seudoartrosis conlleva ciertos riesgos. Existe la posibilidad de infección, ya que cualquier procedimiento que implique la manipulación de tejido biológico tiene este riesgo. En casos raros, el cuerpo podría rechazar las células implantadas, especialmente si no son autólogas (es decir, si provienen de un donante diferente). Además, la eficacia del tratamiento puede ser variable, ya que no todos los pacientes obtienen los mismos beneficios. Las causas de la seudoartrosis son diversas, lo que puede afectar la respuesta al tratamiento y hacer que los resultados no sean uniformes en todos los casos.
- Enfermedades renales y cardiovasculares
La terapia con células madre ha emergido como una buena solución para las patologías del riñón y del corazón, donde pone de manifiesto la capacidad de curar tejidos y de recuperar funciones relevantes del órgano afectado. Empíricamente, la capacidad de recuperación del riñón guarda relación con los procesos de desdiferenciación celular, crecimiento compensador, activación de las células madre existentes en la reparación de estructuras como los túbulos renales o las células madre de la médula que contribuyen a la regeneración osteogénica y estimulan el crecimiento de células epiteliales y de angiogénesis; se han estudiado las células madre mesenquimatosas y las progenitoras endoteliales en relación a la terapia cardiovascular, ya que son capaces de estimular la regeneración de tejidos isquémicos y la formación de nuevos vasos sanguíneos. Al ser células de tejidos adultos sólo son capaces de diferenciarse en músculo cardíaco o células endoteliales o en cualquier otro tipo de células que se necesiten en el corazón y los vasos.
En parte de los casos, la terapia con células madre se sirve de los mecanismos anteriores y generalmente implica señales moleculares, interacción con factores de crecimiento y el ambiente tisular. El término de los procesos a realizar con la regeneración todavía no es totalmente conocidos aunque recientes trabajos han mostrado que, junto con el uso de biomateriales, la movilización de las células madre a los sitios de lesión son los elementos que están mejorando los resultados de la terapia celular médica, mientras que aún no se menciona el método principal de terapia en el caso contra las lesiones hepáticas.
A pesar de todo ello, la terapia celular se enfrenta a desafíos éticos, técnicos y biológicos derivados de la capacidad de identificar las células madre que mejor se adaptarán a la lesión sobre la que se esté trabajando, la capacidad para controlar su diferenciación, el riesgo de rechazo del injerto o la formación de tumores pero, sin embargo, la terapia celular se sitúa como un revolucionario instrumento para tratar enfermedades crónicas y degenerativas, caso a través de la terapia celular con células madre, se tengan nuevas esperanzas en el tratamiento de enfermedades severas cardiovasculares y renales. En conclusión, esta es una terapia que sirva para tratar enfermedades crónicas o degenerativas.
- Periodontitis crónica
La periodontitis se conoce como una enfermedad inflamatoria progresiva que afecta a los tejidos que se encargan del soporte de los dientes, como por ejemplo el ligamento periodontal, el hueso alveolar o las encías. Esta enfermedad se considera una de las principales causas de la pérdida dental principalmente en adultos, y se suele relacionar con otros problemas de salud sistémicos, como por ejemplo las enfermedades cardiovasculares o la diabetes.
Algunos de los tratamientos convencionales son las limpiezas profundas, como el raspado y el alisado radicular, regeneración tisular guiada o la cirugía periodontal. Pero en algunos casos estos procesos no funcionan y causan daños en los tejidos y futuras cirugías. Por esta razón se han empezado a utilizar células madre autólogas, que tienen un alto potencial de generar el tejido periodontal de una forma más eficiente.
Las células madre son un tipo de células indiferenciadas que tienen la capacidad de renovarse por ellas mismas,y se pueden diferenciar en distintos tipos de tejidos dentales. En el caso de esta enfermedad, los científicos han observado que este tipo de célula ayuda a la regeneración del periodonto, ya que se encarga de estimular la formación del hueso y tejido conectivo.
Hace un tiempo en Cuba, se llevó a cabo un estudio clínico en el cual se evaluaba la eficacia del implante de las células madre mononucleares autólogas en los pacientes que sufrían de periodontitis crónica. Es ensayo se realizó con 30 pacientes, éstos estaban divididos en dos grupos:
- Grupo de control: este se trató con terapia periodontal convencional sin utilizar células madre.
- Grupo experimental: los pacientes que se encontraban dentro de este grupo recibieron el tratamiento con células madre, que se obtenían de sus médulas óseas mediante un estimulador de colonias de granulocitos, que permitía su movilización.
Los resultados se fueron analizando durante 48 meses por radiografías y evaluaciones clínicas.
En los pacientes que fueron tratados con las células madre se pudo observar cómo reducían significativamente los síntomas de esta enfermedad a comparación con el grupo de control. Algunos de los resultados más interesantes fueron:
- Reducción del sangrado, durante el sondeo y también la reducción de la profundidad de las bolsas periodontales.
- Disminución de la movilidad de los dientes; esto muestra una estabilización mejorada de los dientes que se habían visto afectados por la periodontitis.
- Regeneración ósea evidente; en las radiografías se podía ver reflejada dicha regeneración, junto con la creación de un nuevo hueso en las áreas que habían sido tratadas.
- Resultados sostenidos a largo plazo; en los pacientes del grupo experimental se pudo ver cómo no tenían recaídas y los resultados se mantenían durante mucho tiempo.
Por otro lado, los pacientes pertenecientes al grupo de control tuvieron una reaparición muy progresiva de los síntomas provocados por la periodontitis, esto refleja que los tratamientos convencionales tenían un efecto muy limitado en el tiempo.
Este tipo de células suele ayudar a la regeneración periodontal mediante varios mecanismos:
- Diferenciación celular; algunas de las células madre tienen la capacidad de transformarse en osteoblastos y fibroblastos, los cuales favorecen a la regeneración del hueso y de la encía.
- Liberación de factores de crecimiento; favorecen a la cicatrización y a la creación de nuevos vasos sanguíneos.
- Efecto antiinflamatorio; ayudan a la reducción de la respuesta inmunitaria, lo cual permite el control de la progresión de la periodontitis crónica.
Por tanto, el uso de las células madre para esta enfermedad muestran una alternativa mejorada a las técnicas antiguamente utilizadas para la periodontitis. En comparación con los tratamientos convencionales, esta terapia a parte de controlar los síntomas también hace que se regenere el tejido periodontal, lo cual reduce el riesgo a la pérdida precoz de algún diente.
Dichos avances en el campo de la medicina regenerativa dan lugar a la apertura de nuevas posibilidades para el tratamiento de enfermedades periodontales, que también podrían aplicarse a otro tipo de condiciones que afectan a tejidos tanto óseos como conectivos.
Enfermedad granulomatosa crónica
- La enfermedad granulomatosa crónica (EGC) es una enfermedad inmunodeficienciente primaria causada por mutaciones en los genes que se encargan de codificar las proteínas del sistema de oxidasa NADPH, y que además es responsable de producir especies que reaccionan con el oxígeno que son esenciales para la actividad microbicida de los fagocitos. Estas alteraciones genéticas dificultan la capacidad del sistema inmune de combatir eficazmente microorganismos patógenos, lo que lleva a una mayor probabilidad de desarrollar infecciones graves y recurrentes que afectan distintos órganos, como la piel, las vías respiratorias, el intestino, los ganglios linfáticos y, aunque con menor frecuencia, el cerebro y los huesos. En la mayoría de los casos, estas infecciones están asociadas a patógenos como Staphylococcus aureus, Aspergillus spp, y Burkholderia cepacia. La forma más común de EGC se ha visto que está bastante ligada al cromosoma X, siendo el gen CYBB el que se ve afectado con mayor frecuencia, aunque también se han identificado variantes autosómicas recesivas.
Ahora analizaremos un caso clínico de reconstrucción mediante células madre en un paciente colombiano de 8 años con esta enfermedad, en su caso ligada al cromosoma X. Este paciente mostró una eliminación completa del gen CYBB. Esta enfermedad fue detectada mediante análisis genéticos, que permitieron confirmar la errata molecular; que incluyó la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), la secuenciación del ADN genómico y la hibridación genómica comparativa. Como el diagnóstico fue realizado de forma neonatal, al paciente se le administró tratamiento convencional con profilaxis antimicrobiana e interferón gamma recombinante humano, dejando así las infecciones controladas de forma temporal. Sin embargo, estas estrategias no fueron suficientes, y fueron inevitables episodios graves de linfadenitis bacteriana, meningitis, sepsis y abscesos recurrentes, lo que llevó a considerar el trasplante de células madre hematopoyéticas (TCMH) como única alternativa curativa.
El trasplante se realizó utilizando células madre obtenidas de la médula ósea de su hermano menor, quien era completamente compatible según la tipificación HLA. Antes del procedimiento, se implementó un protocolo de acondicionamiento de intensidad reducida que incluyó fludarabina, ciclofosfamida, timoglobulina y radioterapia corporal total, con el objetivo de reducir la toxicidad asociada al trasplante. La profilaxis postrasplante incluyó ciclosporina, metotrexato y agentes antimicrobianos para prevenir infecciones oportunistas y minimizar el riesgo de enfermedad injerto contra huésped.
Los resultados clínicos y hematológicos fueron claramente favorables y afectaron a la positiva evolución del paciente. La toma del injerto se confirmó en los días 10 y 11 para plaquetas y neutrófilos, respectivamente, y a los 30 días se logró la reconstitución completa de las células madre hematopoyéticas. Durante los tres años posteriores al procedimiento, el paciente no presentó ni infecciones ni complicaciones asociadas al trasplante, evidenciando una recuperación funcional del sistema inmunitario. Además, los análisis de seguimiento demostraron que se había regulado la producción de especies reactivas de oxígeno en los fagocitos, confirmando el éxito de la reconstitución inmunitaria.
Así, este caso representa la primera experiencia documentada en Colombia de un TCMH exitoso en un paciente con EGC ligada al cromosoma X. Los resultados destacan la importancia del trasplante como una estrategia terapéutica definitiva para esta enfermedad, con tasas de supervivencia reportadas que superan el 90% en centros especializados, incluso utilizando donantes no emparentados. Asimismo, el avance en técnicas de acondicionamiento y profilaxis ha mejorado significativamente los resultados clínicos y la calidad de vida de los pacientes. Si bien la terapia génica se presenta como una alternativa prometedora en desarrollo para casos sin donantes compatibles, este estudio subraya la relevancia del TCMH como estándar de tratamiento en la actualidad.
- Endodoncia regenerativa
La endodoncia regenerativa es una técnica contemporánea que busca la solución de enfermedades mediante la utilización de células madre, en este caso la enfermedad a resolver es la endodoncia en dientes permanentes inmaduros no vitales con necrosis pulpar. La utilización de células madre en el marco de la endodoncia regenerativa tiene como fin reemplazar los tejidos desgastados (la dentina, la raíz y las células del complejo pulpodentinario) además de algunos funciones del diente como vitalidad, regeneración, defensa, homeostasis, etc.
Dicha terapia se fundamenta en una interacción complicada que implica células madre derivadas de la papila apical (SCAP), factores de crecimiento y biomateriales que, además, son, en la realidad, intercambiados en un microentorno controlado. Las SCAP son las células madre que tienen un alto potencial de formar tejido como la dentina, la estructura de la raíz y, por lo tanto, contribuir, en sus capacidades regenerativas, a la formación del tejido dental. Factores de crecimiento como BMP o VEGF son los factores de crecimiento que regulan la proliferación, la diferenciación celular y la formación de matriz extracelular contribuyendo así al resultado del tratamiento.
El procedimiento incluye técnicas como la desinfección radicular controlada, la inducción de un coágulo sanguíneo y el uso de matrices tridimensionales biocompatibles, que actúan de modo que se favorece la regeneración del tejido. Los estudios recientes han demostrado que incluso en ausencia de tratamiento, estos tratamientos son capaces de erradicar infecciones, reparar lesiones apicales y progresar en el cierre del ápice radicular, incrementando el grosor de las paredes dentinarias y sobre todo la revitalización del tejido pulpar previamente considerado no viable.
La endodoncia regenerativa es, pues, un gran avance en la medicina regenerativa en la odontología, que fundamenta tratamientos de enfermedades en la aplicación de células madre. Aunque se enfrenta a retos, como la estandarización de protocolos clínicos o la profundización en el entendimiento de procesos biológicos, este tipo de aproximación terapéutica es una alternativa en la transformación del tratamiento de la enfermedad hacia sistemas regenerativos y biológicamente integrados.
- Isquemia crítica
La isquemia crítica de los miembros inferiores es una enfermedad con insuficiencia del flujo arterial, que se manifiesta con dolor en reposo, úlceras y pérdida tisular espontánea. Diversos avances en revascularización quirúrgica y terapia endovascular han logrado disminuir significativamente la discapacidad y disminuir la necesidad de amputación entre pacientes seleccionados, pero entre el 20 % y 40 % de los pacientes no son candidatos para estos tratamientos, indican altas tasas de amputación.En este ámbito, se ha planteado el empleo de células madre pluripotentes como una opción innovadora y eficaz, dado que fomenta la neovascularización, reduce la inflamación y la apoptosis, y potencia la señalización regenerativa.Las células madre empleadas se originan principalmente de la médula ósea, y pueden transformarse en células endoteliales funcionales, lo que favorece la creación de nuevos vasos a través de los procesos angiogénicos y arteriogénicos.
Su obtención puede conseguirse a partir de sangre periférica o médula ósea, esta última opción sería la más eficiente. Existe una técnica denominada SmartPrep® en la que extracción e inyección de IOS en la extremidad afectada aumenta la formación de nuevos vasos sanguíneos. Trabajos como el TACT Therapeutic Angiogenesis by Cell Transplantation y el estudio de metaanálisis de Fadini et al. 2010 observaron mejoras significativas en dolor, cicatrización y disminución de la tasa de amputaciones con evidencia fuerte de su seguridad y eficacia.
Con esto se puede observar como la terapia con células madre puede ser una opción prometedora para aquellos pacientes con isquemia crítica para así mejorar la calidad de vida y disminuir la necesidad de amputaciones,
aunque para dar mayor validez a su aplicación a largo plazo hacen falta más estudios clínicos.
Resultados y conclusiones
El estudio que hemos realizado sobre las células madre para la cura de enfermedades nos ha revelado lo que pueden hacer por la medicina. En enfermedades como la periodontitis crónica, la isquemia crítica o la enfermedad granulomatosa crónica, vimos cómo ayudaron a recuperar los tejidos y a que el sistema de defensa del cuerpo funcionara mejor.
Sobre las enfermedades neurodegenerativas, aunque no hay una solución mágica, hay tratamientos con estas células, para luchar contra algunas enfermedades como el Parkinson, donde ya se han descubierto mejoras como en la regeneración de las neuronas dopaminérgicas.
En problemas cardiovasculares, las células madre han ayudado a regenerar tejido nuevo, como en los casos de la miocardiopatía chagásica o en la enfermedad coronaria crónica. También, en enfermedades hematológicas como los síndromes mielodisplásicos o el linfoma de Hodgkin, las células madre son una opción para que la sangre vuelva a funcionar bien o para parar el desarrollo de estas enfermedades. Este estudio nos muestra lo que pueden hacer por la medicina.
Aunque las células madre son muy útiles, usarlas tiene sus dificultades. En algunas ocasiones generan tumores, el cuerpo las rechaza, o tienen problemas en su diferenciación celular. Además, estos tratamientos son escasos porque son caros y el aspecto ético sobre todo en células embrionarias posee muchas lagunas.
Así que, como conclusión, hemos observado la terapia con células madre como un avance innovador, muy útil para la cura de muchas enfermedades y que ayuda a que muchos pacientes vivan mejor. Aun así, para lograr la aplicación clínica masiva, aún necesitamos investigaciones que logren la seguridad, haciendo que aumente su eficacia y reduciendo sus costes a unos más accesibles.
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